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Cómo defender el jardín de parásitos y otras enfermedades

Cómo defender el jardín de parásitos y otras enfermedades

of: Magali Martija-Ochoa

De Vecchi Ediciones, 2018

ISBN: 9781683256434 , 99 Pages

Format: ePUB

Copy protection: DRM

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Price: 5,45 EUR



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Cómo defender el jardín de parásitos y otras enfermedades


 

¿QUÉ ES UN PARÁSITO?

Definición

Consideraremos parásito a todo virus, hongo o insecto que se desarrolle a expensas de un vegetal, sin extraer tejido, tomando una parte del material del organismo para asegurar su desarrollo y la supervivencia de su especie. A través de un proceso de estimulación local, el parásito libera sustancias tóxicas que perjudican el crecimiento de la planta.

Un organismo fitófago (de phyto, «planta», y phage, «comer») es aquel que se nutre de la planta, extrayendo parte del tejido vegetal para asegurar su supervivencia.

Por ejemplo, el pulgón es un parásito, y el caracol, un devastador fitófago.

Clasificaremos las enfermedades provocadas por parásitos según su origen:

 enfermedades bacterianas;

 enfermedades víricas;

 enfermedades criptogámicas (causadas por hongos).

Los parásitos y los animales fitófagos, que se agrupan generalmente bajo la denominación de «plagas», corresponden a dos categorías:

 invertebrados (moluscos, insectos...);

 vertebrados (aves, mamíferos...).

Agrupamos bajo el término «parásitos no específicos» a todos aquellos parásitos y fitófagos susceptibles de atacar a distintas especies vegetales. Los «parásitos específicos» son, por el contrario, parásitos o fitófagos que ocasionan daños a una sola especie vegetal. El límite entre estas dos acepciones es difícil de establecer: a pesar de ser específico, un parásito también puede atacar a plantas de la misma familia. Por ejemplo, la mosca del puerro también puede atacar al ajo, el cebollino o a la cebolla.

Las bacterias

Descripción

Descubiertas en 1675 por Van Leeuwenhoek, las bacterias son, probablemente, los primeros organismos que aparecieron sobre la Tierra y los únicos que no han experimentado una evolución radical. Las bacterias forman parte del reino de los procariotas. Están formadas por una sola célula, y su forma, por lo que respecta a las bacterias fitopatógenas, recuerda a un bastoncillo: son los llamados bacilos. Además, las bacterias no tienen un núcleo diferenciado del citoplasma[2]. El tamaño de una bacteria es de aproximadamente 1 micra (µ), es decir, 10-6 metros. La cápsula de la célula se halla formada por una pared rígida.

Las bacterias se desarrollan dentro de las células de las plantas. Pueden no ser específicas, como por ejemplo el tumor o agalla del cuello o crown gall provocado por el Agrobacterium tumefaciens, que puede atacar a más de setenta especies, o las podredumbres bacterianas de los tubérculos, bulbos o rizomas que producen daños a los iris, a los aros, a las orquídeas. Otras, por el contrario, son completamente específicas.

Los factores de propagación

La dispersión de las bacterias fitopatógenas se efectúa por medio de la especie humana que puede utilizar, sin saberlo, semillas o esquejes previamente infectados. Conviene, pues, utilizar solamente semillas y material vegetal certificado.

El viento y el agua de lluvia también son factores que favorecen su desarrollo.

Las bacterias se introducen en la planta o en el árbol por las aberturas naturales del vegetal, por las heridas, naturales o artificiales (cicatrices foliares, heridas resultantes de labores de cultivo), o después de accidentes meteorológicos o climáticos (granizo, helada). Estas bacterias resisten hasta el cero absoluto (–273 ˚C); sin embargo, son muy poco resistentes a las temperaturas altas, por lo que los profesionales no dudan en utilizar la técnica de la pasteurización. Las condiciones favorables para su desarrollo son el calor y la humedad en el suelo.

Los abonos minerales incrementan su capacidad de desarrollo, contrariamente a los abonos cálcicos. Conviene destacar que la interacción entre las bacterias y los animales es muy importante: en la mayoría de los casos son los insectos como los trips, las moscas blancas, las abejas, los coleópteros o las moscas los que hacen de transmisores de las enfermedades y las llevan de una planta a otra.

Se calcula que son aproximadamente unas doscientas cincuenta especies de bacterias las que pueden provocar daños en las plantas. Provocan necrosis, marchitamientos, podredumbres blandas, tumores o malformaciones.

Los métodos de lucha

MEDIANTE TÉCNICAS DE CULTIVO

 Disponer de un suelo equilibrado.

 Desinfectar el suelo con vapor (método será aplicado por profesionales).

 Realizar un programa de fertilización equilibrado.

 Trabajar con herramientas limpias (desinfectar con lejía o con formol).

 Escoger las especies más resistentes (Pyracantha Saphyr®[3], que es resistente al fuego bacteriano).

LOS MÉTODOS QUÍMICOS

Desgraciadamente, existen muy pocos productos orgánicos de síntesis capaces de matar las bacterias fitopatógenas; entre los productos llamados «biológicos», el cobre puede neutralizar una bacteria sin llegar a destruirla.

Los antibióticos no se pueden utilizar ya que, en la mayoría de los casos, presentan características fitotóxicas para las plantas ornamentales y además son poco accesibles para el jardinero aficionado.

Las principales enfermedades bacterianas

EL TUMOR DEL CUELLO Y RAÍCES

El tumor del cuello y raíces, o crown gall, perjudica a numerosas especies vegetales, exceptuando la familia de las gramíneas. Se trata, en cierto modo, de un tumor maligno; se manifiesta por la aparición de excrecencias e hinchazones blancas a la altura del cuello que, poco a poco, se van pudriendo y ennegreciendo. El proceso de putrefacción puede acelerar la muerte del vegetal. El tumor del cuello y raíces se introduce siempre debido a una herida.

LOS MÉTODOS DE LUCHA

Son sobre todo a través de formas de cultivo:

 destruir las plantas afectadas;

 efectuar una rotación de cultivos larga;

 mantener los vegetales sanos, sin heridas;

 también se pueden suprimir los tumores mediante cirugía y aplicar una solución ligeramente alcohólica después de la intervención.

Además, es necesario actuar contra los nematodos, las larvas de gusanos blancos y de gusanos de alambre que facilitan la introducción de esta bacteria.

Un método de lucha biológica, todavía inaccesible para los aficionados, consiste en la utilización de una cepa bacteriana que produce un antibiótico.

LA MARCHITEZ BACTERIANA

Puede afectar a una cantidad considerable de especies vegetales (dalia, patatera, crisantemo, tomate...). La marchitez bacteriana se produce gracias a la transmisión de una bacteria por parte de los nematodos o por el suelo; su inoculación se ve facilitada por la presencia de heridas en las plantas. Los tejidos vasculares se pudren. La planta se atrofia y muere. Según las especies afectadas se aprecian unas manchas pardas con una aureola blanca sobre las hojas, tumores en el cuello, podredumbre en los tubérculos... La marchitez bacteriana se ve favorecida por una temperatura suave y una humedad elevada.

LOS MÉTODOS DE LUCHA

Son esencialmente prácticas de cultivo:

 escoger ejemplares sanos;

 eliminar las plantas afectadas;

 desinfectar las herramientas de jardinería con alcohol;

 desinfectar el suelo (dirigirse a un especialista en tratamientos térmicos).

EL FUEGO BACTERIANO

El fuego bacteriano es una enfermedad altamente contagiosa y de difícil control que debe combatirse por todos los medios. Las yemas y los brotes tiernos se vuelven marrones, luego negros y caen. Parece que las hojas se hayan quemado. La enfermedad se extiende, sobre todo, en el momento de la floración.

Fuego bacteriano sobre ciruelo

LOS MÉTODOS DE LUCHA

Algunas prácticas de cultivo pueden impedir la aparición de esta bacteria:

 evitar suelos muy húmedos;

 destruir las plantas afectadas;

 de forma preventiva, aplicar un fungicida del tipo caldo bordelés para prevenir los ataques, y volver a aplicarlo en el momento de la floración.

LAS PODREDUMBRES BACTERIANAS DE LOS BULBOS

Se aprecia sobre los bulbos una podredumbre blanda que despide un fuerte olor. Los tallos se desgajan con facilidad, las hojas se tornan amarillas, aparecen zonas necróticas de color marrón que, a partir del pecíolo, invaden todo el limbo.

LOS MÉTODOS DE LUCHA

Antes de proceder a la plantación de los bulbos, es necesario verificar su estado y eliminar todos aquellos que estén afectados. La lucha química es preventiva y está reservada a los profesionales.

Los micoplasmas

DESCRIPCIÓN

Los micoplasmas no fueron descubiertos hasta el año 1967. A diferencia de las bacterias, su pared no es rígida.

LOS FACTORES DE PROPAGACIÓN

Los insectos, y sobre todo las cigarras, son factores de micoplasmas. Estos se transmiten por contacto...