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Decoración en hierro

Decoración en hierro

of: Carlo Amedeo Reyneri di Lagnasco

De Vecchi Ediciones, 2018

ISBN: 9781683256403 , 119 Pages

Format: ePUB

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Price: 5,99 EUR



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Decoración en hierro


 

Historia del hierro forjado


La elaboración del hierro comienza alrededor del año 1400 a. de C., y da nombre a una época, la Edad del Hierro, durante la cual el hombre descubre la ductilidad de este metal y comienza a emplearlo en la elaboración de utensilios que le ayuden en la vida cotidiana. Puntas de lanza para la caza, herramientas para trabajar la tierra, hojas de cuchillo y punzones para la defensa y el ataque son los elementos de la producción de este periodo.

Robusta reja medieval que simboliza el deseo de seguridad por el cual este tipo de manufacturas fueron creadas.

Palacio medieval en Arezzo

Las inscripciones asirio-babilónicas señalan el uso frecuente del hierro entre 1760 y 1185 a. de C.; los pueblos septentrionales de Mesopotamia enviaban regalos de hierro a la corte de Amenofis III, faraón de la XVIII dinastía (1415-1380 a. de C.).

En aquella época, los egipcios fueron los artífices de las primeras elaboraciones de técnica metalúrgica. Importaban el hierro, tanto en bruto como ya trabajado, de Asia, de Persia, de Chipre y de una localidad, aún sin identificar, llamada Bektot.

El uso de este metal durante la época romana quedó documentado por el historiador Heródoto, que relata cómo forjaban el hierro griegos y romanos, tanto para fabricar utensilios de trabajo o armas de guerra como para realizar los primeros objetos de carácter artístico y decorativo. Sin embargo, en los grandes periodos históricos del arte en la Antigüedad el hierro no alcanzó tanto desarrollo como por ejemplo el bronce, aunque hay que tener en cuenta que las dificultades para hallar la materia prima frenaron su desarrollo, ya que la obtención del hierro no era fácil; se realizaba en hornos rudimentarios y alimentados por combustibles inadecuados, y antes de ser sometido a la elaboración debía pasar por duros tratamientos con fuego y mazos.

En cualquier caso, se puede encontrar un número considerable de armas con una decoración soldada en la antigua Roma, donde también se mantenía viva la experiencia de los etruscos. Sabemos, además, que el hierro era producido a escala comercial en los grandes centros romanos y es posible dar crédito a la hipótesis sobre la existencia de una corporación de herreros ya en la Roma republicana. Los restos encontrados en Pompeya han confirmado el refinamiento de los muebles de hierro a comienzos de la época imperial (siglo I d. de C.); entre ellos destacan los taburetes y las sillas de tijera, que se utilizaron desde la época bárbara hasta el siglo XVI.

Con la invasión de los bárbaros, que rompe el periodo de paz creado por el Imperio romano y determina su declive, la elaboración del hierro se orienta hacia un uso principalmente funcional por su capacidad protectora y su aplicación como barrera, ya que su simplicidad y rudeza cumple bien dicho objetivo.

En esta época, por tanto, realizan aplicaciones de hierro en la construcción, aparecen recias rejas en ventanas y portones, se colocan clavos y refuerzos en viviendas y palacios para aumentar la seguridad y las defensas contra los enemigos.

De esta manera, en este periodo se abandona el uso artístico del hierro.

Reja del castillo medieval de Valentino, en Turín, fiel reproducción de las rejas del siglo XV

Los descubrimientos de objetos de uso y decoración fabricados en hierro en las necrópolis bárbaras atestiguan, pese a las limitaciones que impone los efectos de la corrosión y la oxidación, la habilidad de estos pueblos en el arte de la forja, que trabajaron con un estilo y unas características propias.

Los longobardos fueron quienes introdujeron en Europa el método de tratamiento del hierro aprendido durante los años de guerra mercenaria al servicio del Imperio bizantino. Se trata de la ataujía, o sea, la técnica de insertar láminas de oro y plata sobre el hierro de las armas para decorarlas. Este tipo de embellecimiento se transformó en damasquinado, es decir, en la incrustación de partes metálicas, generalmente plata y piedras preciosas, en las fibras superficiales del material, convirtiendo el hierro en un metal usado también como adorno y en la fabricación de joyas.

Tras la profunda crisis política y económica que supuso el cambio de la civilización romana a la medieval, se advierte una notable difusión de las manufacturas metálicas.

Hasta finales del primer milenio d. de C., los sistemas de extracción de metal eran rudimentarios, se seguían usando los mismos que en la época prerromana. En la Alta Edad Media, debido a la demanda de manufacturas, el oficio del herrero adquirió una gran especialización hasta llegar a la creación de corporaciones artesanales.

Por otra parte, se consiguió un decisivo aumento de calidad de la producción gracias a la construcción de hornos de fundición más amplios y, sobre todo, por el uso de la fuerza mecánica de los molinos de agua, utilizados en las fundiciones y las herrerías para accionar los fuelles.

En España, como en el resto de países europeos, las artes industriales y, en especial, la elaboración del hierro estuvieron vinculadas durante mucho tiempo a las casas nobles y a las sedes religiosas.

Candelero de pie con bucles, espirales y rosas anudadas, de principios del siglo XVIII

Hacia del siglo X, las herrerías producían: herrajes para puertas, cierres, rejillas, morillos, candelabros, herraduras para caballo, etc.

Las primeras obras notables en hierro forjado de los siglos XII y XIII están en el sur de Francia y en el norte de España, donde se explota el mineral rico en hierro de los Pirineos. Estas obras son los precedentes de la realización de la obra maestra del arte gótico en hierro: los hierros forjados de la catedral de Notre Dame de París.

En este periodo, se refleja en Italia la influencia de esta obra, de estilo elegante y compleja ornamentación gótica. La búsqueda de refinamiento varía según las zonas de producción. La creación de obras inspiradas en temas decorativos franceses se mantiene durante mucho tiempo en el norte de Italia, Piamonte y el Valle de Aosta, donde la producción de elegantes muebles de uso sagrado y civil de estilo gótico, con el típico motivo del rosetón en espiral, continúa hasta el siglo XVI.

En estas regiones el uso del hierro forjado es continuo en los innumerables castillos que las poblaron durante toda la Edad Media.

Detalles del portal de la catedral de Notre Dame en París. La voluta se articula de manera muy original con adornos de hojas y piñas y con una terminación en forma de animal. La otra voluta, con adornos de hojas y bellotas, se entrelaza en el entramado romboidal de las barras

Cuando desaparece el miedo a las posibles intrusiones en casa, el hierro comienza a ofrecer un aspecto más agraciado y gentil, gracias también a su gran maleabilidad en caliente. En la imagen, una rica cornisa de verja con decoración de puntas y volutas

Reja decorada con volutas unidas mediante pequeñas cintas remachadas en caliente, cuya forma y función se funden en una interesante obra fabril. El color típico del hierro bruñido armoniza perfectamente con el verde de las plantas

Son muy comunes las rejas de ventana simples con barras de hierro cuadrangulares y con orificios en relieve por un solo lado, por los que pasaban los travesaños perpendiculares, como podemos ver actualmente en el castillo medieval de Valentino en Turín, en una fiel reproducción de las rejas del siglo XV.

Tenemos numerosos ejemplos de rejas con nudos en los cruces de las barras que se remontan al siglo XIV, como las de los castillos de Fenis, Introd, Verres e Ivrea.

Hay rejas del siglo siguiente, dobladas en los lados y fijadas frontalmente en la pared, en el castillo de Malgrà en Rivarolo Canavese y en el de La Tour de la Villa en Gressan, en el Valle de Aosta.

Puerta con portezuela forrada con láminas clavadas. Compuerta y reja del castillo medieval de Turín, que reproduce el original del castillo de Verzuolo (Saluzzo), ya desaparecido

Pequeña reja con anillos móviles en los cruces, que se remonta al siglo XI. Se encuentra en el ábside del monasterio de Santa María del Solario, en Brescia

Pequeña reja del siglo XV de estilo rústico con barras y con rombos aplanados. Colocada originariamente en un puente

de Valtellina

Reja de barras con clavos de largo diámetro en los cruces, elaboración...