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La otra memoria histórica

of: Miquel Mir Serra, Mariano Santamaría Rodríguez

Nowtilus - Tombooktu, 2011

ISBN: 9788499672557 , 208 Pages

Format: ePUB

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Price: 7,99 EUR



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La otra memoria histórica


 

Manifestación organizada por la CNT en Barcelona el 2 de junio de 1937 contra los bombardeos aéreos.

Al día siguiente el secretario de la Audiencia, Agustín Juandó, notificó en forma legal a los sesenta y dos encartados lo ordenado por los jueces y tomó nota de los domicilios donde pensaban residir. Notificada la libertad, los sesenta y un maristas (Laureano Vicente Sierra había fallecido en la cárcel Modelo) continúan en la Modelo como presos gubernativos. «La libertad se nos concedía escalonada y aisladamente». Caso curioso: Saturnino Conde García sale el 3 de julio de 1937.

Los maristas en libertad


Al verse libres y poder disfrutar de la libertad, cada uno se fue colocando donde pudo, casi siempre en casas de amigos y personas conocidas de la cárcel. Unos trabajaron como maestros y otros fueron hechos prisioneros de nuevo. Bastantes de ellos se hallaban comprendidos en quintas, cosa que significaba que, de un momento a otro, serían llamados a filas.

En sus memorias algunos maristas relatan las aventuras, sufrimientos que padecieron después de verse libres. A modo de ejemplo, seleccionamos las de Pedro Soler, Francisco Peruchena, Salvador Oller Angelats, Fortunato García, Cástor Lizarduy y Honorato Pujol.

Pedro Soler es el hermano carnal del Mosso d’Esquadra, Esteve Soler, que con permiso de Aurelio Fernández logra salir de San Elías.

Pedro se alojó con Esteve en las dependencias de la Generalitat hasta que su hermano cayó en desgracia. Es a partir de ese momento cuan do comienza su segunda odisea:

Al salir de San Elías estuve escondido durante tres meses en las dependencias de la Generalitat, pero al ser declarado mi hermano Esteve desafecto al régimen y con sueldo muy reducido tuvimos que buscarnos pensión y tratar de ganarnos la vida. Yo comencé a dar clases particulares yendo de casa en casa, así pasé desde noviembre de 1937 al 28 de marzo de 1938, día en que fui preso por tercera vez por los del Servicio de Investigación Militar junto con mi hermano Esteve y llevados al buque prisión Argentina, anclado en el puerto de Barcelona. Aquí permanecimos hasta el 13 de mayo de 1938. Del buque prisión Argentina pasé al preventorio ubicado en el pueblo español. El 29 de agosto me recluyeron en el Castillo de Montjüic y el 9 de septiembre me vuelven al pueblo español donde permanecí hasta el 16 de septiembre, fecha en que me conducen al Seminario de Barcelona convertido en preventorio donde estoy hasta el 24 de enero de 1939. Dada la carencia de alimento y el no poder descansar, me iba debilitando, de 85 kilogramos que pesaba bajé a 45. En esta situación tuvimos que marchar huidos para Francia pasando por Arenys de Mar, de Munt, el Collell, Las Presas, Montagut, Baget; en Francia pasé por Lamanière, Arles-sur-Tech, Amèlie-les-Bains en donde me hospitalizaron. El 17 de marzo de 1939 me trasladan en autobús a Figueres y de aquí a Barcelona. Mi hermano Esteve lo primero que hace es llevarme al Hospital de Santa Cruz y San Pablo donde permanecí setenta días en cama. Salgo del hospital el 27 de mayo y me retiro primero al colegio marista de la calle Llúria, 58 y después a mi pueblo natal con mi madre y mi hermana. En septiembre de 1939 tomé la dirección del colegio marista de Canet de Mar. En todas estas peripecias he podido ver muy claramente la protección de Dios y de la Virgen María.

Testigos mártires maristas nº. 29, mayo 2000; septiembre 2000

Francisco Peruchena, de 21 años, es acogido a su salida de la Modelo por una familia amiga del barrio de Sants en Barcelona.

El mismo relata sus aventuras, su incorporación a filas en el ejército del Frente Popular, el campo de batalla, la huida a Francia con el ejército republicano, el rescate, etcétera.

A principios de agosto de 1937 comenzaron a darnos la libertad. Yo salí de la cárcel el 16 de noviembre, estuve en prisión catorce meses. Fui a casa de la familia de Julián Garbayo con quien estuve antes de ir al barco; con ellos estuve los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero. Fue Montserrat, amiga de la familia, la que me proporcionó la documentación necesaria a nombre de Juan Almirall Font; con ella me atreví a salir a la calle. El marista Fortunato García me proporcionó unos dineros que entregué a la familia de Julián Garbayo. El padre del alumno Juan Serradell me ayudó a sindicarme en UGT, condición indispensable para encontrar trabajo. Mientras lo encontré hice de cobrador ambulante de recibos a los afiliados ugetistas. Eran dos pesetas por recibo más quince céntimos, que eran para mí. Dada la situación que se vivía en Barcelona y en concreto en la familia Garbayo decidí alistarme en el ejército republicano, sección de sanidad. Al comunicar mi decisión a la familia Garbayo, el disgusto fue enorme, pero creí que era la mejor forma de no comprometerlos y de no volver a la cárcel. Mi primer destino fue Tona, cerca de Vic, donde me hicieron cabo interino. De aquí pasé a Taradell, después a Manlleu, Cerdanyola y de aquí al frente de Balaguer, Camarasa… siempre en la sección de sani dad […] El 26 de enero de 1939 me encontraba ya de huida en La Junquera (Gerona). El 28 de enero de 1939 llego a Francia. Los gendarmes nos llevaron a Argelés-sur-Mer, una gran playa donde estaba el campo de refugiados republicanos españoles […] allí seríamos unas ciento cincuenta mil personas. El 7 de febrero, serían las 8 de la tarde cuando montamos unas tras mil personas en un tren con dirección a Irún, donde las autoridades españolas nos llevaron a un campo de concentración próximo a Estella (Navarra). Como buen navarrico me encontraba satisfecho por encontrarme en mi tierra, escribí a mis padres, vinieron a verme pero no les autorizaron la visita. A su regreso pasaron por el colegio marista San Luis de Pamplona, el director se puso en contacto con los jefes del campo de concentración de Estella para ver lo que se tenía que hacer para que me dejaran salir. Al día siguiente me llamaron para prestar declaración y el capitán me dio la libertad provisional lo que me impedía salir fuera de los contornos de Estella (Navarra), debiéndome presentar diariamente a la Guardia Civil, así lo hice durante quince días. Mi primera salida fue ir a visitar a mis padres. Después me destinaron a Burgos para incorporarme al ejército nacional. Mientras estuve en Burgos mi residencia era el colegio marista Liceo Castilla. El curso 1940-1941 lo pasé en Burgos, al final de este curso fui llamado nuevamente a filas, no quise incorporarme y pedí ser destinado como docente fuera de la península. En los dos años que estuve en África estuve como maestro en las poblaciones de Larache y Alcazarquivil.

Testigos mártires maristas, 22 de noviembre de 1998, 23 de febrero, 24 de abril y 25 de octubre de 1999

Salvador Oller Angelats, director del colegio de San José de Mataró en 1935, conoció al político anarquista, no violento, Joan Peiró. Salvador era muy respetado y conocido por la gente de Mataró, fue de los setenta y dos prisioneros encerrados en la cárcel Modelo de Barcelona. Con la responsabilidad y conocimiento que tiene, escribe el 31 de diciembre de 1937 a su superior, el hermano Michaëlis, asistente general, informándole detalladamente de la situación de los maristas a la salida de la cárcel Modelo:

Seguramente que lo que más le interesará en estos momentos es saber cómo están los recién salidos de la cárcel Modelo de Barcelona: los de más de edad, cinco o seis, han alcanzado una plaza de maestro nacional. Los licenciados ganan buen sueldo, unos dando lecciones en la universidad, otros en casas particulares. Los maristas catalanes casi todos están en sus familias; Mataró cobija, alimenta y guarda como un tesoro y desinteresadamente a seis. Estos no necesitan nada: solamente que alguien les visite de cuando en cuando en nombre de los superiores, preguntarles que necesitan… […] Los demás, es decir la mayoría de la juventud casi toda comprendida en quintas, viven escondidos en Barcelona, en pisos de familias amigas, parientes o conocidos, naturalmente apretados, mal alojados y mal alimentados, haciendo las familias un gran sacrificio al tenerlos en casa. Tres han sido detenidos de nuevo y conducidos al cuartel. Se teme los manden al frente.

Positio H. Laurentino, Virgilio y Compañeros

Fortunato García pertenecía a la comunidad del colegio Montserrat de Lérida. Acude al barco de San Agustín que está en San Elías, y finalmente preso en la cárcel Modelo. Sus compañeros de prisión lo eligieron como su representante.

Al salir de la cárcel se fue a vivir muy cerca del Borne. Al verse inseguro, marcha a casa de una familia amiga, situada en la Plaza Medinaceli, que escondía en su piso a tres sacerdotes. Se hace con un carné de la UGT y con el resguardo de licenciado que pudo conservar. Se le ofreció un puesto de químico en unos laboratorios que elaboraban productos bélicos, pero no aceptó. Poco después consiguió dar algunas lecciones particulares bien retribuidas con lo que pudo vivir y ayudar a sus compañeros. Salido de la cárcel, hace de enlace entre Eugène Bonnafoux y los maristas escondidos en Barcelona a quienes ayuda. Es detenido por los del SIM. De nuevo en prisión, vivió con personas llegadas de los campos de concentración y oía cuanto narraban de los tormentos a los que les habían sometido (…) también recogió testimonios de los anarquistas encarcelados tras los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona. Así fue la segunda etapa:

Después de cinco meses de cierta paz, a eso de medianoche del 5 de mayo de 1938,...